Desde 1983, se mantiene una política de cercanía con los clientes, para conocer y atender mejor sus necesidades, lo que conlleva respetar unos pincipios éticos específicos y, en consecuencia, acatar las reglas y los valores superiores de la abogacía, con la honorabilidad exigida para el ejercicio profesional.
En concreto, este despacho se rige por las normas establecidas en los códigos deontológicos y buenas prácticas profesionales, especialmente el Código de Deontología de los Abogados en la Unión Europea, el Código Deontológico de la Abogacía Española y el Código de Conducta Europeo para Mediadores.
Como principios rectores, nos guiamos por los de independencia, libertad, dignidad, integridad y secreto profesional, así como imparcialidad y neutralidad en los asuntos de mediación.
Igualmente mantenemos un especial compromiso con la defensa de los derechos humanos y el bienestar de los animales, así como con la defensa de la naturaleza y medio ambiente.